top of page

¿Controlas tus pensamientos? ¿O ellos te controlan a tí?

  • Foto del escritor: estadoconsciente
    estadoconsciente
  • 11 oct 2019
  • 2 Min. de lectura

“Si rumiar con tus pensamientos no te ha dado hasta ahora una respuesta que te deje tranquilo, seguir pensando en lo mismo tampoco es la solución”


Los pensamientos aparecen en nuestra mente de forma espontánea. Nosotros no los creamos de forma consciente… Simplemente llegan a nuestra mente. Y a menudo, estos pensamientos nos despiertan emociones, algunas veces positivas, y otras negativas. Sin embargo, debemos tener claro que los pensamientos de por sí son algo separado de las emociones.


Los pensamientos construyen nuestras ideas, nuestras creencias, razonamientos y actitudes. Un pensamiento incorrecto implantado en nuestra mente (de forma externa o por nosotros mismos), puede crear nuestra “realidad” (o la que creemos es la realidad). Por ejemplo, si hemos sufrido bullying en algún momento de nuestra vida, y nos han dicho que no somos suficientemente buenos, o lo suficientemente lindos o delgados, o inteligentes, podemos acabar creyendo que esa es la realidad, porque es un pensamiento que alguien dañino implantó en nuestra mente, aún cuando todos esos parámetros son subjetivos.


Así mismo, si durante nuestra vida sufrimos una decepción o un fracaso, y buscando una explicación dentro nuestro llegamos a una conclusión, podremos llegar a creer que esa es la realidad, aún cuando no lo sea.


En ambos casos, hemos creado una imagen de realidad en nuestro interior, que nos genera emociones (en ambos ejemplos emociones negativas), y a la vez, nos hace tomar actitudes y comportamientos que sean concordantes con estas emociones.


Por eso es importante que aprendamos a escuchar y reconocer los pensamientos que llegan a nuestra mente, de manera tal, que seamos capaces de aplicar filtros a aquellos que puedan ser dañinos, que no nos aporten nada positivo, o que puedan ser potencialmente peligrosos para nuestros estados anímicos. No podemos evitar la generación de un pensamiento, pero sí podemos aprender a dejarlos fluir, no “quedarnos pegados” en ellos, y de esta forma, aprender a convivir con estos, a veces no tan silenciosos, compañeros, que están con nosotros siempre. Aprendiendo a manejarlos, podremos despejarnos y evitar las conversaciones imaginarias que muchas veces sólo nos provocan problemas imaginarios.


¿Cuántas veces no ha venido a tu mente un pensamiento que te plantea la peor de las situaciones, y te imaginas lo mal que te vas a sentir, y llegas hasta a sentir esa angustia… Y finalmente no pasa nada? ¿No habría sido mejor identificar ese pensamiento como inútil antes, y no llegar a la angustia?


Intenta el siguiente ejercicio. Piensa en algún tema que haya estado rondando tu mente en los últimos días u horas, algún pensamiento repetitivo. Y hazte las siguientes preguntas:


  • ¿De dónde proviene este pensamiento?

  • ¿A dónde me guiará este pensamiento?

  • ¿Este pensamiento me llevara a donde yo quiero ir?

  • ¿Es este pensamiento aceptable?

  • ¿Este pensamiento me hará crecer o me destruirá?

  • ¿Puedo compartir este pensamiento con alguien más?

  • ¿Dónde se origina este pensamiento?

  • ¿Este pensamiento me hace sentir una emoción negativa? ¿Por qué?

  • ¿Este pensamiento me muestra como una persona madura y balanceada?


Una vez que hayas respondido las preguntas, analízalas y saca tus conclusiones.

Haciéndonos conscientes de nuestros pensamientos, logramos mantener un mayor equilibrio en nuestras vidas, podemos lograr que los pensamientos negativos o molestos se diluyan antes de que lleguen a hacerse relevantes para nosotros, y eso nos permite mantener nuestras emociones más estables.


Inténtalo! ¿Cómo te resultó el ejercicio?


 
 
 

Comentarios


bottom of page